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Palacio El Badi El palacio más fastuoso jamás imaginado fue totalmente desmantelado y hoy sólo quedan sus muros desnudos gastados por el tiempo sobre los que anidan las cigüeñas.

Cinco meses después de su resonante victoria sobre las tropas portuguesas en la batalla de los Tres Reyes el 4 de agosto de 1578, el sultán saadí Ahmed al-Mansur Ed-Dahbi (El Dorado) emprendió la construcción de un palacio monumental dedicado a las grandes recepciones y audiencias reales.

Las obras comenzaron ese mismo año, en 1578, prolongándose hasta 1594, y ciertos trabajos fueron acabados recién en 1603.
El impresionante conjunto palaciego constaba de 360 habitaciones dispuestas en grandes pabellones en torno a un patio central: El Pabellón de Cristal, el Pabellón de Audiencias, el Pabellón Verde y el Pabellón del Heliotropo. En el enorme patio de 135 por 110 metros se había instalado un estanque de 90 por 20 metros con una hermosa fuente. Otros estanques marcaban las esquinas del patio.
La grandiosidad del palacio destacaba aún más por la abundancia y riqueza de la decoración: el lujo reinaba por doquier y abundaban los materiales preciosos como el ónix, el jaspe y el oro, este último proveniente de Sudán, al que Al-Mansur había conquistado recientemente. Las columnas eran de mármol de Carrara, que aparentemente el sultán habría canjeado a comerciantes italianos por su peso equivalente en azúcar de caña. Tal vez hubo en ello un mensaje visual: el gran sultán transformando el azúcar en blanco mármol... Los artesanos llegaban de todas partes para embellecer los cielorrasos de estucos y maderas finamente talladas.
Esta profusión en la ornamentación dio al palacio el apodo de El Badi, « el incomparable ».

Cómo un palacio tan imponente acabó siendo sólo un gran conjunto de piedras?

Se dice que en el curso de una de las grandes ceremonias de la corte el destino del majestuoso palacio fue predicho. Uno de los invitados tenía reputación de visionario, y el sultán lo interrogó burlonamente: -¿Qué piensas de este palacio?- A lo que el visionario respondió: -Cuando sea demolido, será un gran montón de piedras! Este presagio habría asustado mucho al sultán, quien ordenó encarcelar de por vida al infeliz vidente.

Más allá de las anécdotas, en la historia de Marruecos diferentes dinastías se sucedieron y cada una estableció la capital del imperio en la ciudad de su preferencia. Marrakech fue la ciudad elegida por los saadíes, pero cuando la dinastía alauita llegó al poder, el sultán Moulay Ismail decidió borrar de Marrakech todo vestigio de la dinastía precedente (sólo las tumbas saadíes se salvaron por su temor al sacrilegio) y así fue como mandó desmantelar el palacio para construir la ciudad imperial de Meknes, establecida como nueva capital del imperio en 1675.

Las crónicas relatan que El Badi, cuya construcción demandó alrededor de 25 años, fue despojado de todas sus riquezas en menos de una década, y se dice que no hubo una sola ciudad en Marruecos que no recibiera parte de sus ruinas...

Las excavaciones arqueológicas comenzadas en 1953 apenas pudieron dar prueba de la grandiosidad del Incomparable con la determinación del plano del conjunto palaciego. Del Pabellón de Cristal no queda prácticamente nada y el Pabellón de Audiencias subsistió hasta nuestros días bajo la forma de altas murallas erosionadas. Sólo se encontraron algunos fragmentos de mármol de las columnas, restos de las fuentes, azulejos y estucos. Se sabe de la fastuosidad del palacio esencialmente por las crónicas históricas y relatos de embajadores e invitados reales, quienes llegaron a conocerlo en sus tiempos de esplendor y dan cuenta de la elegancia y refinamiento de los saadíes.

Hoy, la vasta explanada poblada de naranjos y los muros desgastados por el tiempo coronados de nidos de cigüeñas no faltan de un cierto aire poético y romántico. Subiendo a la terraza se puede apreciar una bella vista de la ciudad.
Cada año, durante los fines de semana del mes de julio, el Badi revive con el festival de música y danza tradicional, y en septiembre se muestran filmes durante el Festival de Cine de Marrakech. En el complejo tiene su sede un pequeño museo donde se exponen restos del palacio y un minbar móvil (púlpito para sermones) proveniente de la mezquita Koutoubia.

Dirección: Medina de Marrakech
Precio de la entrada: 10 Dirhams para visitar el palacio - 20 Dirhams incluyendo visita al minbar (1 Euro = dirhams.)

Qué ver en Marrakech:
- La medina
- Plaza Djemma el Fna
- Mezquita Koutoubia
- Hotel La Mamounia
- Los zocos
- Zoco de curtidores
- Medersa Ben Youssef
- Cúpula almorávide
- Museo de Marrakech
- Palacio Badi
- Tumbas saadíes
- Palacio de la Bahia
- Museo Tiskiwin
- Museo Dar Si Said
- El Mellah
- Los riads
- Gueliz
- Jardin Majorelle
- Teatro Real
- Hivernage
- Jardín de la Menara
- El Palmeral
- Los alrededores



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