Viajes a Siria

Siria es un país donde la historia se siente en todas partes; dondequiera que se vaya se encuentran ruinas esparcidas que hablan de un pasado tumultuoso, transcurrido bajo el dominio de diferentes imperios que dejaron en él sus huellas.
Para comenzar, su capital, Damasco, se jacta de ser la capital más antigua del mundo. Emplazada en una zona junto al río Barada y el oasis Ghouta, se estima que ya en el año 5000 a.C. existieron asentamientos en la zona. Su población sobrepasa en la actualidad el millón y medio de habitantes. Sus mezquitas, que son alrededor de setecientas en toda la ciudad, y la atmósfera de sus bazares envuelven sus calles de cierto misterio y encanto particulares, que se acentúan especialmente en su centro histórico, rodeado por una muralla romana. Allí se encuentra el animado mercado cubierto Souq al-Hamadiyyeh y la bella Mezquita de los Omeyas, que data del año 705. A doscientos metros de la mezquita, el distinguido Palacio Azem, que fuera residencia del gobernador, es otra obra arquitectónica de importancia y allí funciona el Museo de las Artes y Tradiciones Populares de Siria.
En Damasco reposan los restos de Saladino, héroe defensor de la Tierra Santa en la época de los cruzados, cuyo mausoleo data de 1193. Al sur del río Barada se destaca la Mezquita Takiyyeh as-Sulaymaniyyeh y también en esta zona vale una visita el Museo Nacional, por su invaluable colección de objetos, estatuas y escritos de considerable antigüedad.

Zocos de Alepo

A unos 355 km. al norte de Damasco, se encuentra la segunda ciudad de Siria en tamaño: Alepo. Alepo fue desde épocas romanas un importante centro comercial y es por ello que sus zocos cubiertos son una de sus principales atracciones. Se extienden por varias hectáreas formando un verdadero laberinto de callejuelas y tiendas donde se tiene la impresión de haber retrocedido varios siglos en el tiempo. Al norte de los zocos se levanta la Gran Mezquita, cuyo minarete data del 1090.
El más impresionante monumento histórico de la ciudad es la antigua fortaleza militar de Alepo, la ciudadela, que se encuentra sobre una colina rodeada por una muralla con siete puertas. Un puente de ocho arcos permite atravezar el foso que la circunda y contemplar la ciudad desde la altura.

Palmira

Así como Petra es el sitio de visita obligada en Jordania, en Siria este lugar son las ruinas de Palmira. Situada en un oasis casi a mitad de camino entre Damasco y el río Eufrates, la "novia del desierto", como suelen llamarla, fue desde siempre lugar de paso de las caravanas y sus vestigios datan del siglo II. En las ruinas de la antigua ciudad destacan el templo de Bel, que posteriormente fuera transformado en iglesia, y la Gran columnata, una calle de unos 1200 metros de extensión flanqueada por hileras de columnas que remata en un arco monumental. Edificios de distinta índole se disponen junto a esta calle: el Templo de Nebo, un templo funerario, el campamento de Diocleciano, el ágora...En la cima de la colina que domina Palmira, se halla el Qala_at ibn Maan, un castillo árabe del siglo XVII.

Casi en la frontera norte de Líbano con Siria se encuentra un enorme castillo, el Krak de los Caballeros. La fabulosa fortaleza fue construida por los cruzados sobre un espolón del desierto sirio con el fin de custodiar la ruta que iba de Antioquía a Beirut, y lo sorprendente es que se encuentra casi en perfecto estado a diferencia de otras construcciones medievales. Se distinguen en la fortaleza un muro exterior con trece torres y otro interior separados ambos por un foso con agua. La entrada principal es guardada por una imponente reja en el muro de 5 metros de ancho. En el piso superior de la torre de la Hija del Rey hay un restaurante, desde donde las vistas son espectaculares. Se dice que la fortaleza llegó a albergar 4000 hombres y que resistió al menos una docena de ataques musulmanes, para sucumbir finalmente en 1271 frente al príncipe Baibar.